Alguna vez mis ganas quisieron que fuera pintor, de esos de pincel y odio, como los antiguos maestros de soportes polvorientos; y, por algún tiempo, las cosas las pensaba en formas y colores. Pero ahora, un poco más desabrido y algo insípido, me gustan las palabras.
Y no fue sin dolor de alma, el cambio de colores por fantasía; ni menos compungidor, hacer de mí un hombre más ciego en lugar de uno menos sordo: ¡Cómo duele el placer de ser otro!
Y no fue sin dolor de alma, el cambio de colores por fantasía; ni menos compungidor, hacer de mí un hombre más ciego en lugar de uno menos sordo: ¡Cómo duele el placer de ser otro!
7 comentarios:
Nunca me habías mostrado éste. El final, simplemente explota; intenso a mares.
los cambios en la vida son lo mejor. La monotonía se vuelve en tortura tarde o temprano.
Los colores por la palabras... quizás no es tan así... los colores de los pinceles por los colores de las letras. Pk toda arte tiene color, sóloq ue el creador se los otorga. =0)
Buen escrito, me gustó... ojalá que te vaya bien en el blog.
Ah! antes que se me olvide... cómo llegué aquí? Por el "amigo" (el sr. de arriba jaja) de una amiga mía (tiny) jajaja. Esto de los blog's es mágico y el mundo se hace más pequeño de lo que es.
saludos.
de koni. bunbury.
Sí: el mundo se convierte en un texto, que puede leerse desde una pantalla.
y la pantalla está llena de colores.
uiiii, esto me recuerda a algo ja ja.
Alejandro, leí el texto, sin duda refleja el pesar del cambio; tal vez el cambio puede doler, pero el hecho de ser escritor no quita dejar ser un artista, creamos mundos y los podemos colorear como queramos también
Saludos desde el "anonimato"
Noto que mis hembras lectoras son muy perspicaces, y han intuido , a pesar de las posibles diferencias reales entre un ser-anterior y un ser-ulterior, que se sigue siendo siempre el mismo.
jajaj
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