lunes, noviembre 27, 2006

Presente

Se me ha hecho un regalo que derrota mis tristezas, sin serie. Irrepetible como el callo del artesano. Y bajo su simpleza, delicada, asoman los colores y la poesía del gesto tierno. Gesto que no viene en libros, y sin embargo de aquel regalo caen las palabras, únicas, bajadas de la más cotidiana estrella para mí. Y cómo no estar agradecido: si cada vez que me adentro en soledades de magia fría y lentos poderes ahí está, el objeto de simple hechura, expeliendo su aroma de compañía en medio de las hojas.

lunes, noviembre 20, 2006

Alone

Cómo abordar las soledades si se conforman, contra la voluntad humana, de ausencias presentes en los estados más invisibles del frío. Eh, soledad, sal de ahí que me lloras. Se tiene los síntomas y nada sabe uno, el enfermo, del cuerpo de la patología. Soledad, no me abrases gélida. Y las causas no vienen en nuestra ayuda. Y las consecuencias se quedan de silencio. ¿Acaso la muerte, soledad? Se intenta un diálogo con los espacios, y se intenta un diálogo con las voces que toma el recuerdo; y parece que ha echado anclas raíces, inexorable como un cancer enfermo. A veces me digo que muerta la ausencia se acaba el solo; pero esto requiere tiempo y soledad del reloj y los segundos.

jueves, noviembre 16, 2006

Locura del contento

Me duele el alma de ser feliz: un dolor concreto, carnal y de sangre. Y no soporto la exigencia de mis alegrías: los dientes que deben florecer, los pómulos que se me cansan y deben dar sano rubor. Entonces empiezo, empiezo a prefigurar mi suicidio: ahí estoy, Alejandro, parado en la cornisa del puente, diciendo adiós a los malos amigos: hasta nunca Miguel, hasta nunca Margarita, no llores madre ni padre. Por lo menos en la imaginación y en el discurso.

martes, noviembre 14, 2006

Golpe

A veces nos llega la felicidad (¿Qué refiere esa palabra?) de golpe. Y va por las estaciones del año, como un clima impertinente, sin importar, espolvoreando su polvo de brillos y pareceres nuevos que en un tiempo remoto nunca creímos. Y uno se deja tomar de la cintura, y uno se deja besar las manos resecas para saborear, aunque breve, ese poco de sangre nueva que nos viene. Sonríe el rictus más adusto a sus suavidades; y, aunque de otra naturaleza, dan ganas adentro de llorar.

martes, noviembre 07, 2006

Otro

Hoy vivo decepcionado, y no hay novedad. Poseo un hambre ahíta de ganas que no me está tranquila. Y no quiero estructuras, ni relatos, no-historias escondidas en profundas narraciones. Hoy necesito nada más que único verso, rebosante de tranquilidad y silencio; un cerrar de ojos breve. Necesito decir adiós a los viejos poetas, a las viejas procesiones de palabras, para ser por siempre el nuevo hombre: el nuevo ser del reflejo escaso de las cosas.

jueves, noviembre 02, 2006

Ideales

Cuánto de la vida es dato,
y cuánto de la vida, verdad.

Y esas cifras habladas
de la bruma
en donde nace el hijo de Dios;
cuánto de aquellas son verdad.

Cuánto de lo que hoy existe, ay, sinceridad.