viernes, octubre 06, 2006

La redodondez del planeta

A media mañana, en una de mis típicas transiciones desde la casa del villorrio hacia la antigua biblioteca, tocó en suerte que mis pasos habían sido dibujados por el destino en ruta que pasa frente a un campo de fútbol, en el que algunos despreocupados y embarrados hombres peloteaban. De inmediato como una chispa, ante tamaño espectáculo de movimientos imposibles, se gestó en mí el deseo de pausa y el deseo de contemplación. Y me les quedé mirando por un buen rato, con unos ojos que no me había visto antes:

Allí estaban y allí corrían veintidós hombres unidos en una esférica manera de justificar los segundos, encasillados mágicamente por unas insulsas y frágiles líneas de aserrín, y me parecieron un torbellino alegre de humanidad. Allí estaban todos: jugaban los gritos; y las culpas del error alojaban en sus cuerpos; jugaban hombres de piernas despiadadas; y hombres de originales garabatos, que con sus bocas cruzaban el aire como una ráfaga de oscuras e indescifrables lenguas humanas; y no faltaban también los tímidos y miedosos, para quienes el balón era el más gigante mundo que se les venía encima.

¡Entonces, cómo no estar alegre en algunos raros, escasos momentos, de ser hombre terrestre!

4 comentarios:

Mikaelina dijo...

Me ha gustado mucho este post, no te veo como hincha de fútbol, ni yo lo soy, pero aunque sea desde la ironía, imaginas a esos hombres en una espcie de abrazo con el mundo, con la tierra, como niños, e incluso depronto los entiendes.

La canción, imposible, parece que se tiene que alojar previamente, pero el programa que hay para ello ya no admite más inscripciones, parece que está full. Espero que podrás perdonarme!!

Tinin¥ dijo...

Wuau, como de un simple partido de futbol uno puede realizar semejante literatura, y no sólo con eso, algunos de nosotros debemos detenernos a contemplar algo, a veces hechos cotidianos, pero lo bueno de las palabras es que podemos sazonar y crear grandes historias inspiradoras, o mundos entre lo real y lo ficticio que otras personas ni se imaginan que pudieron surgir de contemplar aquella situación.
Eso.
Saludos

Alejandro Ezra dijo...

Senorita, usted tiene todala razón.

Trisha dijo...

Bueno, atiendo un cyber y la gente me ve raro porque parece que rio sola, pero no es asi, su post me hizo sonreir, cuando convirtio esa cascarita en poesia y con su frase final: para quienes el balón era el más gigante mundo que se les venía encima.